PRESENTACION DEL PEQUEÑO ESTEFAN

 

CAPÍTULO 10: DE ACAMPADA FAMILIAR (PARTE 1)

CAPÍTULO 10

DE ACAMPADA FAMILIAR

 

A la mañana siguiente, Alessandra se despertó pensando en el magnifico fin de semana que iba a pasar con sus padres.

Mientras se daba una ducha sus padres preparaban el desayuno para desayunar los tres juntos.

Se sentaron los tres a la mesa y mientras desayunaban tuvieron una conversación sobre Piero.

- Alessandra, cariño, ¿Qué tal te fue ayer con Piero?- la preguntó su madre cariñosamente.

- Pues estuvo muy bien, fuimos a la playa y después a cenar al Burger.. -La contesto muy contenta.

-Cómo me gusta que te lo pases bien fuera de casa y no estés todo el día pensando en los estudios. -La dijo su padre.

- Papá, es que los estudios son importantes, o tú no crees que sean importantes?. -Añadió Alessandra.

- A ver, no me mal interpretes, claro que son importantes, pero también es importantes salir por ahí y divertirse, aunque sea con chicos. - Le dijo su padre.

- Papá ¿ahora que pasa que no te gusta que salgas con Piero? - Le preguntó Alessandra.

- Pues ahora que lo preguntas, pues no mucho, la verdad. Pero no es por Piero sino por cualquier chico. Ya sabes que eres mi niñita y no me gusta verte con chicos. -Le contestó su padre.

- De verdad papá, como eres, ya sabes que yo siempre seré tu niñita. - Le dijo Alessandra. - Yo te quiero mucho, bueno os quiero a los dos.

Cuando terminaron el desayuno, Alessandra les dio un abrazo y un beso a sus padres. Después se pusieron en marcha y se fueron a pasar el fin de semana a Granite Falls.

Una vez allí, montaron el campamento. Pusieron una tienda de campaña, una sillas y por supuesto la nevera.

Cuando terminando decidieron ir a pescar. La pesca era una actividad que Alessandra amaba practicar desde pequeña.

Pasaron varias horas en la orilla del rio pescando.

Tanto Alessandra como sus padres no pescaron nada, esta vez no tuvieron suerte.

Como no pescaron nada para la cena, Antonella decidió preparar algo de comer en la parrilla.

Mientras tanto Alessandra y su padre preparaban una hoguera esperando pacientemente la comida.

La comida ya estaba preparada. Los tres se pusieron a comer sentados en la mesa de picnic.

Estuvieron hablando de lo que podían hacer al día siguiente.

Alessandra cuando terminó de cenar, se fue hacia la hoguera y se puso asar nubes. Sus padres se unieron a ella. pasaron un gran momento familiar, contando historias.

Ya era bastante tarde y Alessandra decidió retirarse a dormir.

Pero sus padres se quedaron un rato más despiertos.

- Menos mal que es de noche y no pasa nadie por aquí.- dijo Antonella.

- Ya menos mal. Es que de verdad, solo se nos ocurre a nosotros hacer esto.- dijo el padre.

Se dieron un beso y se fueron a dormir.

CAPÍTULO 9: MIENTRAS ALESANDRA DORMIA

CAPÍTULO 9

MIENTRAS ALESSANDRA DORMÍA

Una vez que Piero y Greta estaban los dos sentados el uno al lado del otro, no podían apartarse la mirada.

Entonces Piero cogió la mano de Greta y la dijo que le perdonara por no contestarle antes a los mensajes, había estado todo el día ocupado.

- No pasa nada, Piero, pero me hubiera gustado haber quedado mucho más pronto y así poder hacer algo más que estar.- dijo Greta.

- Ya lo sé Greta, mira te voy a ser sincero. Tú sabes que estoy saliendo con Alessandra y tengo que pasar tiempo con ella, tú eres para mí... No se como decirlo o expresarlo.- dijo Piero.

- Yo si se lo que soy para ti. La otra, con la que haces cosas que con Alessandra no haces. Y ya sabes a que me refiero.- dijo Greta.

En ese momento Piero se levantó del sofá y agarró con fuerza a Greta, la llevo hacia su cuerpo  y la abrazo, la levanto en el aire y la beso apasionadamente.

        

- Mira, ahora estamos tu y yo solos. Dime lo que te gustaría hacer. Le dijo Piero a Greta.

Greta le miro y le dijo: -Pues me gustaría ir a bailar contigo a la discoteca.

- Pues vamos a la disco. Si es eso lo que te apetece hacer, eso haremos. Voy a llamar a mi escolta para que nos acerque al Club Paneuropa. ¿Hasta qué hora podrás quedarte? - Le dijo Piero.

- No te preocupes, yo no tengo hora de llegada. Me puedo quedar tanto tiempo como quiera. - Le contesto Greta.

Cuando llegaron al club Paneuropa, Piero y Greta entraron y se dirigieron a la pista de baile.

Estuvieron bailando un buen rato.

Después se fueron a la barra a pedir unas bebidas. Y se fueron a los reservados.

Se tomaron las copas tranquilamente.

Greta estaba algo achispada y le propuso a Piero ir a un lugar más apartado. Piero le preguntó que para qué, si estaban ya solos en el reservado. Se levantaron y entonces Greta sin pensárselo dos veces se abalanzo sobre Piero y le empezó a besar muy pero que muy excitada. Al principio Piero no se quejó, pero enseguida se dio cuenta de lo que quería hacer Greta.

- Greta, ¡Para! ¡En serio!, ¡aquí NO!- dijo Piero.

- Va Piero, relájate y déjate llevar. - dijo Greta.

- No, aquí no. No ves que nos pueden ver. -dijo Piero.

- Valee, estaré quieta. -dijo Greta.

Después de ese bochornoso momento, Greta se fue a la pista de baile. Allí estuvo bailando sola un buen rato hasta que se acerco Piero y la dijo que ya era hora de marchar.

Greta quería pasar más tiempo con él, por eso no le dejaba de besar y de abrazar. Piero la dijo que la acompañaría a su casa.

Cuando llegaron a la casa de Greta, esta se acerco a Piero y se dieron un beso de despedida.

- Me lo he pasado muy bien. - dijo Greta.

- Yo también me lo he pasado muy bien. -dijo Piero.

- Espero que lo podamos repetir pronto.- dijo Greta.

Sin decir nada más Piero se acerco a ella y la planto un beso.

Y mientras todo esto ocurría, Alessandra dormía plácidamente en su casa sin tener ni idea de lo que Piero estaba haciendo a su espalda.

CAPÍTULO 8: EL LUGAR SECRETO

CAPÍTULO 8

EL LUGAR SECRETO

Cuando Piero llegó a su casa, se fue a meditar.

                        

Quería reflexionar sobre lo ocurrido con Greta. Una vez que terminó de meditar y de tener sus pensamientos en orden, se fue a dormir.

Mientras tanto Alessandra, estaba en su casa pensando en lo cariñoso y detallista que había sido Piero con ella, mientras se probaba todo lo que la había regalado.

                                

Al día siguiente Piero y Alessandra habían quedado para ir después de las clases a la playa. Tanto Alessandra cono Piero querían pasar el máximo de tiempo posible juntos y a solas, ya que en el instituto siempre estaban acompañados de sus amigos.

                      

Pasaron la tarde dándose chapuzones en el agua.

                      

                         

Haciendo esculturas de arena.

                          

Y lo que más le gustaba Alessandra hacer, buscar tesoros por la arena.

                       

Estuvieron un buen rato buscando para solo encontrar unas conchas que Alessandra guardo.

Después de estar en la playa, se fueron a cenar a la hamburguesería .

             

Piero no podía dejar de mirar Alessandra y por supuesto Alessandra tampoco podía dejar de mirar a Piero. Y entre miraditas siempre se daban algún beso.

Durante la cena Alessandra le contó a Piero que sus padres habían planeado ir de acampada el próximo fin de semana. A ella la hacía mucho ilusión ir, ya que desde pequeña sus padres la habían inculcado el amor por la naturaleza y hacía mucho tiempo de que no iban a disfrutar del aire puro del bosque. Cuando terminó de contarle, Alessandra le preguntó:

- ¿Quieres venir con nosotros este fin de semana? - dijo Alessandra.

- Gracias, pero no puedo, le prometí a mi hermana que la llevaría al cine y a la feria. -dijo Piero.

- Oooh! Vale! pues si eso en otra ocasión. - dijo Alessandra.

                    

- Me gustaría conocer a tu hermana.- dijo Alessandra.

- Pues si quieres otro día podíamos ir los tres a la playa y a cenar, - le propuso Piero.

- Si estaría bien. - contesto Alessandra.

- Además mi hermana también esta deseando conocerte. -dijo Piero.

            

Después de cenar se fueron dando un paseo cogidos de la mano. Como siempre, Piero acompaño Alessandra a su casa. 

              

Piero cuando la dio las buenas noches y la deseó que pasase un buen fin de semana, se dio media vuelta y se fue.

De camino a casa, Piero cogió el móvil y vio que tenía un par de mensajes de Greta. Este no dudo ni un segundo y la llamó. Era un poco tarde, pero seguro que estaría despierta. Y efectivamente, Greta contesto a la llamada.

             

Tuvieron una breve conversación. Cuando terminaron de hablar, Piero todavía no había llegado a su casa, así que se dio media vuelta y se fue a donde había quedado con Greta.

Habían quedado en un lugar apartado, así nadie les podría ver.